El 25 de mayo marcó algo más que una elección fallida: podría ser el inicio silencioso del fin de la resistencia política en Venezuela.
¿Camino a la Normalización o al Silencio Político Total? 🤐🛑
El pasado 25 de mayo, los venezolanos no solo enfrentaron otra jornada marcada por la abstención. Ese día, simbólicamente, se enterró el voto como herramienta de lucha ciudadana, y con él, una parte esencial de nuestra capacidad de resistencia política.
Aunque parezca silencioso, ese acto puede marcar el comienzo de algo más profundo y peligroso: la normalización del régimen. Es decir, adaptarnos progresivamente a un sistema sin verdadera participación, sin disputa, sin voz.
¿Qué significa esta "normalización"? 🧠⚙️
Significa habituarnos. Adaptarnos a lo anormal. Aceptar sin protestar. Significa que, sin una estrategia clara ni un camino alternativo, la abstención termina convirtiéndose en una rendición simbólica.
Un sector importante del país promovió la abstención como forma de protesta. Y la mayoría de la población respondió. Pero ¿y ahora qué? Sin alternativa concreta ni estructura que la respalde, esta decisión corre el riesgo de dejarnos desarmados, sin narrativa ni liderazgo.
Política en pausa: ¿resistencia sin rumbo? 🕳️❓
Hoy los partidos están paralizados. La militancia, desmotivada. No hay elecciones competitivas, ni estructuras operativas, ni un mensaje político unificado.
Entonces, ¿qué queda? ¿Qué se hace cuando no hay espacio para disputar el poder? ¿Qué papel juega un dirigente político cuando ya no hay política activa?
Nos enfrentamos a un vacío profundo, peligroso, donde los partidos pierden sentido y el poder avanza sin contrapeso.
Esperar no es estrategia: el espejismo externo ✋⏳
Ante la falta de acción, surge una esperanza repetida: esperar que algo externo ocurra. Una ayuda internacional, un colapso del sistema, una intervención repentina.
Pero ese "algo" no llega. Y mientras esperamos, la inercia se instala, los discursos se reciclan y la desmovilización se afianza.
El régimen lo sabe. Y su estrategia está clara: estabilizar lo económico para desmovilizar lo político. Si la gente puede sobrevivir, es más fácil que se adapte. Menos protestas, menos organización, menos resistencia.
El voto: Más que un derecho, un acto de resistencia 🗳️⚔️
No se trata de decir que el voto era la solución mágica. Pero sí era un símbolo, un anclaje esencial. Votar significaba sostener liderazgos, mantener vivas las estructuras políticas, defender un espacio mínimo de participación y disputa.
Sin ese acto simbólico y práctico, todo comienza a desvanecerse: partidos, liderazgos, ciudadanos activos.
Aún hay tiempo: ¿y si volvemos a hacer política? ⏰✨
Aún no hemos llegado del todo a la nada, pero vamos camino a ella. El país se mueve hacia una pasividad peligrosa, donde el poder se convierte en paisaje y la resistencia en nostalgia.
Pero aún hay tiempo. Detener ese camino depende de nosotros. Depende de volver a hacer política, de reinventar la organización, de levantar nuevas voces, de construir alternativas desde el terreno, no desde la espera.
La normalización no es inevitable. Es una elección que, como ciudadanos, aún podemos rechazar.
Conclusión: La democracia no muere, se abandona
La historia nos ha demostrado que los regímenes autoritarios no siempre se imponen con fuerza: a veces avanzan porque dejamos de luchar. Porque renunciamos a actuar.
Hoy Venezuela no necesita más silencio, necesita más política.
Necesita volver a creer, a participar, a resistir.
Porque sin política, no hay país posible.
Por: Nerio Romero
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