Diálogo: ¿El comodín de los chantajes?

Diálogo: ¿El comodín de los chantajes?


El sábado se cumplió un año de la firma del “memorándum de entendimiento” entre el gobierno chavista y la oposición. Entre comillas porque nadie sabe a ciencia cierta qué significa la palabra entendimiento en ese título, pero se suponía que el objetivo era negociar condiciones para realizar “eventos electorales”, así, en plural.

Eso fue en agosto de 2021. Pero dos meses después, cuando se enteraron de la extradición del amigo de Miraflores Alex Saab a Estados Unidos, se levantaron de la mesa. Decidieron poner como condición a ese diálogo la liberación del personaje, además del fin de las sanciones. Se habían demorado en demostrar que no les interesa en absoluto hallar una solución a la crisis de Venezuela.

Las elecciones del 21 de noviembre ocurrieron, entonces, por una especie de inercia. Ya estaba el CNE en preparativos, con sus famosos cronogramas electorales. Fue lo único concreto del famoso memorándum de entendimiento de México. No vale la pena recordar el detalle de que fue un triunfo casi rotundo de Miraflores. Solo se vieron apretados en Barinas y eso, por alguna razón, dejaron que se decidiera mes y medio después con el triunfo opositor. De cualquier modo, el país sigue pintado de rojo.

Desde entonces, pareciera que hay dos cosas que mantienen a los opositores bastante concentrados. La primera, rogarle al gobierno para que vuelva a sentarse en la mesa. Esto incluye las visitas y las concesiones que ha hecho la gestión de Joe Biden para propiciar nuevamente el diálogo y la foto de Gerardo Blyde con Jorge Rodríguez de lo más sonrientes; pero ni sacando al sobrino de la primera combatiente de la lista negra se pudo lograr el cometido. Por eso Juan Guaidó en esta ocasión insiste en que su delegación tiene tres meses con las maletas hechas esperando la señal de Miraflores.

La otra cosa que mantiene abstraída a la oposición es la organización de las primarias. Mientras el gobierno consigue nuevas excusas para ese tan ansiado diálogo que todavía no se entiende para qué puede servir, los de la otra acera andan lanzando precandidaturas a diestra y siniestra como si fuera inminente una elección presidencial.

¿Se habrán dado cuenta de que para el gobierno chavista es mucho más importante que le devuelvan un avión que el futuro del país? Ellos no tienen apuro en recoger sus cosas ni desalojar Miraflores. Se les ve muy tranquilos lanzando insultos al presidente de Argentina y al sistema judicial de ese país. ¿No es obvio que no les interesa ninguna negociación? ¿Elecciones democráticas? ¿Condiciones electorales? ¿Que el venezolano realmente pueda elegir un nuevo destino? Nada es más relevante que Alex Saab y el avión de Emtrasur. ¿Y el diálogo? Pareciera ser solo el comodín de los chantajes.

Mientras tanto, la comparsa avanza. Ni siquiera con la proclamación del candidato de un partido se evitan otras aspiraciones y consiguientes divisiones en ese mismo grupo político. En Primero Justicia hay dos aspirantes. En AD acaban de nombrar a Carlos Prósperi de abanderado, pero Williams Dávila sigue su carrera. Y así van las cosas. Pareciera que sufren del mismo mal que el gobierno chavista. ¿Y el país para cuándo?

Fuente: El Nacional

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